viernes, 4 de noviembre de 2011

Obama choca con Europa y su tasa sobre operaciones financieras

La reunión del G20, con permiso de Grecia y Papandreu, está mostrando las profundas diferencias entre Barak Obama y Europa -y en especial Nicolas Sarkozy y Angela Merkel- respecto a la imposición de una tasa a las transacciones financieras, que pudiera penalizar a los especuladores y recaudar importantes sumas para destinar a gastos como la pobreza, el paro, educación o el cambio climático, entre otros.

Este tema está lleno de controversia, y como recogíamos en The ViewPoint Room recientemente, en EEUU y a nivel internacional hay personajes de gran relieve como los millonarios Warren Buffet o George Soros, que defienden la conveniencia de aplicar dicha tasa.

En un editorial en WSJ ('The Tobin Tax Mirage'), se fija la postura de EEUU, que no por ser menos popular en los tiempos que corren, debe ser desdeñada.

Reconoce el diario de negocios de EEUU que implantar una tasa sobre las operaciones financieras, lo que desde hace ya muchos años se conoce como la tasa Tobin, podría resultar interesante desde un punto de vista político a corto plazo para Obama, al que las encuestas no le son del todo favorables de cara a las elecciones del próximo año.

Así, podría alinearse con una de las principales demandas de los indignados que han ocupado Wall Street, proporcionarle una importante suma de ingresos públicos y darle armas frente a sus oponentes políticos, al poder acusarles que ellos apoyan al poder de Wall Street frente a la calle.

E incluso, podría destacar que al ponerla en marcha junto a Europa, se evitaría el riesgo de que los grandes centros financieros como Nueva York, Chicago o Boston tuvieran una fuga de capital y cerebros hacia Londres.

Pero lo cierto es que, además de Londres, existen otras plazas que podrían beneficiarse de esta tasa en EEUU y Europa, como Suiza o incluso Hong Kong.

Una de las razones esgrimidas por quienes apoyan esta tasa es que su impacto por transacción es mínimo (0,1%, por ejemplo) y por tanto, pese al positivo efecto global, el coste por operación es despreciable.

Lo que no tiene en cuenta quienes argumentan en esta línea, señala WSJ, es que quienes operan en los mercados financieros son especialistas, precisamente, en ganar cantidades marginales con grandes operaciones.Y por ello, implantar esta tasa en EEUU, aunque también se aplicara en Europa, sería abrir la puerta a la fuga de la industria financiera a otros territorios libres de esta carga.

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