jueves, 3 de noviembre de 2011
La Prensa tiene que contar la realidad, aunque duela, porque los lectores viven esa realidad
Interesante artículo en Financial Times sobre cómo debe ser la Prensa en épocas de crisis y turbulencias como las actuales. Partiendo de la base de que 'good news, no news', algo que sin duda es discutible pero que desvela en buena medida la realidad diaria del mundo de los medios, lo cierto es que en este artículo la conclusión es bien sencilla: aunque la mona se vista de seda, mona se queda.
O lo que es lo mismo: una prensa positiva no puede alumbrar la oscuridad ('A positive Press can't brighten the gloom'). En realidad, existen numerosos análisis, en especial en los llamados periódicos salmón, que muestran cómo sus ventas suben en épocas de euforia bursátil. De lo que hay que colegir que a los editores les debería interesar en buena medida dar noticias positivas.
Pero la cosa no es tan sencilla, porque el aspecto clave para la prensa es la credibilidad, y en la época actual de profunda crisis en los mercados financieros, cualquier intento de edulcorar la realidad sería un grave error.
En el artículo, se analiza la influencia de las informaciones publicadas en determinados periodos de crisis y euforia económica, con una conclusión clara: las noticias publicadas en los medios, fueran más o menos positivas, no influían en la confianza de los productores y sí podían influir en la de los consumidores, pero sólo de una forma coyuntural. Al final, incluso los consumidores acababan por seguir las tendencias económicas de fondo.
"La gente sabe lo que está pasando en sus trabajos, cuando sus puestos están bajo amenaza o cuando sus hijos no encuentran trabajo. La prensa no está al margen de las críticas. Pero lo que la gente lee debe tener un parecido con lo que conocen si se trata de que se lo crean", afirma FT.
"Si en el actual clima, con las turbulencias de los mercados y el euro en graves problemas, tratáramos de decirles que las cosas no están del todo mal, podrían pensar que estamos locos", concluye el artículo.
O lo que es lo mismo: una prensa positiva no puede alumbrar la oscuridad ('A positive Press can't brighten the gloom'). En realidad, existen numerosos análisis, en especial en los llamados periódicos salmón, que muestran cómo sus ventas suben en épocas de euforia bursátil. De lo que hay que colegir que a los editores les debería interesar en buena medida dar noticias positivas.
Pero la cosa no es tan sencilla, porque el aspecto clave para la prensa es la credibilidad, y en la época actual de profunda crisis en los mercados financieros, cualquier intento de edulcorar la realidad sería un grave error.
En el artículo, se analiza la influencia de las informaciones publicadas en determinados periodos de crisis y euforia económica, con una conclusión clara: las noticias publicadas en los medios, fueran más o menos positivas, no influían en la confianza de los productores y sí podían influir en la de los consumidores, pero sólo de una forma coyuntural. Al final, incluso los consumidores acababan por seguir las tendencias económicas de fondo.
"La gente sabe lo que está pasando en sus trabajos, cuando sus puestos están bajo amenaza o cuando sus hijos no encuentran trabajo. La prensa no está al margen de las críticas. Pero lo que la gente lee debe tener un parecido con lo que conocen si se trata de que se lo crean", afirma FT.
"Si en el actual clima, con las turbulencias de los mercados y el euro en graves problemas, tratáramos de decirles que las cosas no están del todo mal, podrían pensar que estamos locos", concluye el artículo.
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