viernes, 23 de diciembre de 2011
¿Se avecina el fin del e-mail en las empresas?
Cuando Thierry Breton, presidente
ejecutivo de Atos, decidió que los servicios internos de correo electrónico quedarán prohibidos en 2014, fueron muchos los que le
tacharon de osado e insensato y otros cuantos los que le auguraron el más
absoluto fracaso. Sin embargo la evidencia demuestra que son ya muchas las
empresas que han dejado -o están en ello-, de utilizar el correo electrónico
como principal modo de comunicación dentro de la compañía, según un artículo
publicado en Financial Times.
La capacidad de rastreo y localización
externa de los correos electrónicos asusta a muchas empresas. Sin ir más lejos,
un gran número de bancos –sumidos en arduos procesos de regulación e inmersos
en un casi absoluto secretismo operacional-, tratan de evitar el e-mail como
medio de comunicación interna, así como algunos gobiernos. Todos ellos
asustados ante la piratería delatora de sus informaciones. El caso de James
Murdoch, hizo pensar a más de uno.
Hay, sin embargo, otras muchas
empresas que erradican, o la harán en breve, el correo electrónico por
ineficaz, como es el caso de Klick –una compañía canadiense de marketin
digital-, que trabaja en la implantación de nuevas herramientas “para gestionar
mejor el flujo de trabajo” y que solo usa el email para comunicarse con sus
clientes. Quizá sea verdad porque la compañía está recibiendo muchas consultas interesándose
por su nuevo sistema de comunicación interna.
Otra de las razones por las que
ciertas compañías están en proceso de sustitución o abolición del uso del
correo electrónico es que se produce una sobrecarga de correos en los servidores
de las empresas y que, además, se pierde mucho tiempo con su utilización. Esta
es la tesis que defiende Mónica Seeley, una experta en el tema, y autora de “Email Brilliant”, que señala
que hay empresas que pierden 20 días por persona al año por la mala utilización
del correo electrónico.
En opinión de Andy Mulholland, director
de Tecnología de Capgemeni, hay otras razones: el correo electrónico funciona mal
porque hay mucha gente que lo utiliza inadecuadamente, dice. Y lo explica con
un ejemplo claro: "Alguien hace una pregunta de la que no sabe la
respuesta y envía correos electrónicos a todos sus conocidos. 19 de cada 20
personas pierden su tiempo averiguándola", señala.
Mulholland dice que las redes
sociales, en este caso, pueden dar respuestas más rápidamente y mejor. Está
convencido, asimismo, de que con la eliminación del correo electrónico en las
comunicaciones internas se produce un ahorro, no solo de tiempo, sino de costes
también. Sin embargo para Seeley la utilización de las herramientas de las
redes sociales no solucionará los problemas de sobrecarga y de gestión del
tiempo y sugiere que lo más adecuado sería aprender a utilizar bien el email.
Klick, Atos y Capgemini todavía utilizan el correo electrónico para
comunicarse con personas ajenas a la empresa y creen que el correo electrónico
seguirá existiendo de alguna forma durante bastante tiempo. "En un periodo de tres a
cinco años vamos a ver un panorama más plural con los mensajes que se
transfieren a una especie de plataforma de medios sociales", matiza
Seeley. "Pero el correo electrónico seguirá siendo una piedra angular en
los negocios en los próximos años", termina diciendo, según el artículo de FT.
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No creo que se produzca el fin del email en muchísimos años.
Cada vez se utilizarán más medios alternativos de comunicación interna, con una premisa: que su gestión no suponga una carga extra de trabajo. Ahora pasa eso con el email: nos obliga a dedicar un tiempo creciente a gestionarlo, reduciendo nuestra productividad y aportación de valor