viernes, 29 de abril de 2011
The Economist: On line reputations in the dirt
Esta semana dos grandes compañías tecnológicas han visto peligrar su reputación online por sendas crisis que tienen su origen en la gestión de datos confidenciales de clientes. Amazon aparentemente ha podido perder datos de sus clientes corporativos de forma permanente. Todavía no ha trascendido con exactitud el problema ni sus consecuencias, lo cual ha provocado la indignación de los clientes, que no entienden la vaguedad de las explicaciones.
Por su lado, a la compañía japonesa Sony le han robado nombres, direcciones, contraseñas y probablemente los datos de las tarjetas de crédito de 77 millones de cuentas. A pesar de no ser iguales, estos casos reviven las preocupaciones sobre la seguridad a la hora de almacenar y procesar datos en Internet.
Algunas compañías contratan asesores especializados para planear, comprobar y gestionar sus incursiones tecnológicas en la “nube” ('cloud computing'). La facilidad con la que empresas como Amazon ha virado sus servicios hacia la nube, ha hecho que algunos clientes crean que no necesitan ciertos niveles de protección.
Los eventos de esta semana demuestran que, aunque los beneficios de hacer las cosas online todavía superan con creces a los riesgos, no está de más ser un poco paranoico, asegura The Economist en este artículo.
Por su lado, a la compañía japonesa Sony le han robado nombres, direcciones, contraseñas y probablemente los datos de las tarjetas de crédito de 77 millones de cuentas. A pesar de no ser iguales, estos casos reviven las preocupaciones sobre la seguridad a la hora de almacenar y procesar datos en Internet.
Algunas compañías contratan asesores especializados para planear, comprobar y gestionar sus incursiones tecnológicas en la “nube” ('cloud computing'). La facilidad con la que empresas como Amazon ha virado sus servicios hacia la nube, ha hecho que algunos clientes crean que no necesitan ciertos niveles de protección.
Los eventos de esta semana demuestran que, aunque los beneficios de hacer las cosas online todavía superan con creces a los riesgos, no está de más ser un poco paranoico, asegura The Economist en este artículo.
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