miércoles, 16 de marzo de 2011
Twittear sin riesgo
Actores, cantantes, escritores...y una empresa de tecnología punta como el gigante Microsoft. Todos han caído en el error de minusvalorar el efecto Twitter.
La fiebre por utilizar este canal y participar del universo de las redes sociales está haciendo pasar malos tragos a numerosos usuarios, que se dejan llevar por la posibilidad de comunicarse directamente con un número infinito de seguidores con un coste prácticamente nulo.
A través de Twitter la comunicación es instántanea, abierta y directa. Esa es su ventaja, pero también su gran riesgo, sobre todo si uno padece incontinencia comunicacional.
¿Quién no se ha arrepentido alguna vez de haber dado a la tecla al segundo de haber enviado un email o un sms? Con Twitter, el efecto se multiplica de forma exponencial y es prácticamente imposible dar marcha atrás, salvo que se opte por una rectificación en toda regla, como le ha ocurrido a Microsoft.
Las empresas están utilizando de forma creciente Twitter y aumentan día a día su presencia en las redes sociales, con distintas fórmulas, normalmente bastante conservadoras.
Siempre ha habido tendencia a matar al mensajero, pero en este caso el mensajero es el propio autor del 'tuit'. O sea, la empresa.
El problema no radica tanto en el canal sino en el mensaje. Un único consejo es válido: antes de dar a la tecla, piénsalo dos veces (como mínimo).
La fiebre por utilizar este canal y participar del universo de las redes sociales está haciendo pasar malos tragos a numerosos usuarios, que se dejan llevar por la posibilidad de comunicarse directamente con un número infinito de seguidores con un coste prácticamente nulo.
A través de Twitter la comunicación es instántanea, abierta y directa. Esa es su ventaja, pero también su gran riesgo, sobre todo si uno padece incontinencia comunicacional.
¿Quién no se ha arrepentido alguna vez de haber dado a la tecla al segundo de haber enviado un email o un sms? Con Twitter, el efecto se multiplica de forma exponencial y es prácticamente imposible dar marcha atrás, salvo que se opte por una rectificación en toda regla, como le ha ocurrido a Microsoft.
Las empresas están utilizando de forma creciente Twitter y aumentan día a día su presencia en las redes sociales, con distintas fórmulas, normalmente bastante conservadoras.
Siempre ha habido tendencia a matar al mensajero, pero en este caso el mensajero es el propio autor del 'tuit'. O sea, la empresa.
El problema no radica tanto en el canal sino en el mensaje. Un único consejo es válido: antes de dar a la tecla, piénsalo dos veces (como mínimo).
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