miércoles, 8 de diciembre de 2010
Artículo: "El efecto 'irish coffee' y las cajas de ahorro"
Tribuna de Opinión de Pablo Fernández en Cinco Días
El irish coffee se nos está atragantando. Los mercados no acaban de digerir el rescate irlandés y todo apunta a que, si no hay un paso al frente para vencer la marea inversora, la tormenta tiene visos de convertirse en un tsunami para España y otros países europeos.
En Irlanda, el problema venía de atrás y hay que buscarlo, sobre todo, en un sector financiero muy dañado por el riesgo inmobiliario. Durante demasiados meses, las autoridades irlandesas jugaron a ganar tiempo, pero al final la contaminación de su sistema bancario se les echó encima y el Gobierno ha tenido que aceptar el rescate europeo y convocar elecciones. En España, los fundamentales de la economía son mejores y el sistema financiero ha dado muestras de gran resistencia a la crisis. Pero, aun salvando las distancias con Irlanda, sería suicida negar un cierto grado de paralelismo, así como la necesidad del máximo rigor fiscal y de afrontar más pronto que tarde las reformas estructurales pendientes. Y, dentro de éstas, la urgencia de culminar la reestructuración del sistema financiero.(Ver artículo completo)
El irish coffee se nos está atragantando. Los mercados no acaban de digerir el rescate irlandés y todo apunta a que, si no hay un paso al frente para vencer la marea inversora, la tormenta tiene visos de convertirse en un tsunami para España y otros países europeos.
En Irlanda, el problema venía de atrás y hay que buscarlo, sobre todo, en un sector financiero muy dañado por el riesgo inmobiliario. Durante demasiados meses, las autoridades irlandesas jugaron a ganar tiempo, pero al final la contaminación de su sistema bancario se les echó encima y el Gobierno ha tenido que aceptar el rescate europeo y convocar elecciones. En España, los fundamentales de la economía son mejores y el sistema financiero ha dado muestras de gran resistencia a la crisis. Pero, aun salvando las distancias con Irlanda, sería suicida negar un cierto grado de paralelismo, así como la necesidad del máximo rigor fiscal y de afrontar más pronto que tarde las reformas estructurales pendientes. Y, dentro de éstas, la urgencia de culminar la reestructuración del sistema financiero.(Ver artículo completo)
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